Ok, no entiendo como nunca habíamos probado una arepa. Habíamos escuchado a muchos amigos venezolanos hablar de ellas con muchísimo antojo, casi como si fuera un recuerdo inalcanzable, si eres mexicano encontraras ciertas similitudes con las gorditas, pero nada que ver. Si, son redondas y casi del tamaño, también son de maíz y acompañan los platillos a toda hora, en el desayuno, en la comida, en la cena y hasta después de la fiesta, son tan buenas que no hay horario que se le resista. Hasta cuando acabas de comer es buen momento para una arepita. Se pueden comer solitas o rellenas de diferentes guisos, como caraotas (frijoles negros) y queso, carne mechada (deshebrada) o pollo, con aguacate o sin aguacate, por lo general se comen saladas pero también en algunos lugares las puedes comer dulces. Nota importante: La Arepa no se hace rellena, se rellena ya que está hecha, entonces tu imaginación y los ingredientes disponibles, son el límite. Es difícil decidir cual es la arepa favorita, porque definitivamente todas se adecúan al antojo, hambre y estado de ánimo del comensal, en el restaurante que les vamos a presumir nosotros pedimos la “Dominó” (caraotas y queso) que acompañada con la salsita picante fue como un abrazo al corazón. En la mesa de junto había una señorita disfrutando la de pollo desherbado y se veía muy contenta. Fuimos a desayunar y acompañamos nuestros huevitos con esta arepa para que amarrara, y porque no sabíamos a que nos enfrentabamos...
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